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CALENDARIO MUISCA

Calendario Muisca



Intercalaciones
En piedras, grababan los signos que presidían a los años, las lunas y los días lunares, sirviéndoles de guía para saber en que zocam debían intercalar tal o cual luna.
Los siguientes dibujos fueron realizados por Humboldt, corresponden a la piedra obtenida por Duquesne, es pentágona, contiene cinco años sacerdotales de treinta y siete lunas, y tiene nueve signos, pues nueve años vulgares comprende cinco veces treinta y siete lunas:
El año vulgar lo componen 20 lunas o sunas.
El año de los sacerdotes, o ciclo astronómico, es el empleado en las fiestas religiosas de treinta y siete lunas.
El año rural de 12 ó 13 lunas, se contaba de una estación lluviosa a otra.
No contaban en sus tres calendarios, hasta doce, veinte ó treinta y siete, empleaban para las sunas como para los días de una misma luna los diez primeros número solamente con sus jeroglíficos. Así el primer mes del segundo año agrícola iba precedido por el signo mica (tres), que correspondía a la siguiente lunación del año sacerdotal, y así sucesivamente.
La palabra zocam, no se usaba nunca sola, siempre se le añadía el numeral, zocam ata, zocam bosa, etc. y lo mismo para las sunas.
Como el año rural se componía de doce sunas, los sacerdotes agregaban sin conocimiento del pueblo, y al finalizar el tercer año, un décimo tercer mes, denominado sordo, pues no contaba para la cuarta serie, de no haber sido empleado, esta serie hubiera comenzado con cuhupqua y no en suhuza, como realmente ocurre.
Ciclo
El ciclo de veinte años de treinta y siete lunas (sesenta años occidentales), era dividido en cuatro ciclos de los cuales el primero se cerraba en hisca, el segundo en ubchihica, el tercero en quihicha hisca y el cuarto en gueta. Estos ciclos representaban las cuatro estaciones del gran año. Cada una de ellas consistía en ciento ochenta y cinco lunas (15 años occidentales)
Al final de cada período se hacía el gran sacrificio de guesa.
Se llamaba guesa (errante, sin hogar y quihica -puerta) a la víctima humana, porque la muerte del desventurado abría un nuevo ciclo de ciento ochenta y cinco lunas. Era el guesa un niño arrancado de los brazos de sus padres, y criado con gran esmero en el Templo del Sol en Sogamoso, hasta la edad de diez años, entonces lo sacaban a pasear por los caminos que Bochica (héroe civilizador) había seguido en su predicación, realizando sus célebres milagros.

A los quince, cuando llegaba a contar tantos años como sunas del ciclo muisca, se la inmolaba en una plaza circular, donde habían levantado una gran columna, que previamente habían utilizado como gnomon.